El corazón de una mujer que sabe lo que quiere es su tesoro. No lo ofrece, lo resguarda. No lo entrega, lo comparte. Conquistarlo es de almas grandes. Reconquistarlo más. No es de quien lo busca, ni de quien lo espera, sino de quien lo encuentra a través de la semilla del respeto, del cuidado honesto, de la paciencia sin ego; es de quien la sabe tan libre que lo que más disfruta es ver su vuelo.
Arte: Michael Parkes